Las herramientas de investigación de palabras clave ahora son parte integral de la estrategia digital, pero la forma en que recopilan los datos que proporcionan está en duda en términos de privacidad y transparencia. Detrás de las métricas está la intrincada red de flujo de información.
La evolución del análisis de palabras clave ha definido los negocios en línea, la planificación de contenido y las clasificaciones de los motores de búsqueda. Detrás de cada panel hay una red de canalizaciones de datos, puntos de agregación y señales de comportamiento del usuario. El software que simplifica el análisis de búsqueda depende de procesos que se ejecutan fuera del ámbito de la conciencia general.
La recopilación de datos de conducción de palabras clave comienza mucho antes de escribir palabras en un cuadro de búsqueda. Cada página web que visita, enlace en el que hace clic o anuncio que ve contribuye a la red de datos de comportamiento. Los dispositivos, navegadores y aplicaciones proporcionan metadatos a servicios de terceros con píxeles, cookies y scripts incrustados en los sitios.
Estas entradas se introducen en servidores de análisis para determinar tendencias a lo largo del tiempo, datos demográficos y geografías. Los datos nunca son individuales; son patrones de comportamiento grupales. Pero el detalle a veces es asombroso. Mostrará el momento en el que algún producto gana popularidad en un país pero pierde popularidad en el siguiente o la popularidad de algún término de búsqueda que se dispara después de un ciclo de noticias delineado.
Un verificador de palabras clave puede parecer simple en el front-end al mostrar el volumen de búsqueda o la dificultad de clasificación. Sin embargo, en el back-end, aprovecha múltiples fuentes, incluidos complementos de navegador, registros anónimos de ISP e indicadores de comportamiento de compra. Este entorno permite la precisión, pero también introduce confusión sobre el origen de los datos.
La mayoría de los datos de la herramienta de palabras clave provienen de corredores de datos. Los corredores recopilan y venden información recopilada por proveedores de servicios, plataformas y aplicaciones. En la mayoría de los casos, los usuarios finales nunca sabrían que contribuyen a estos conjuntos de datos a través de sus actividades. Los corredores venden al por mayor a investigadores, editores y especialistas en marketing competitivos que utilizan mapas de comportamiento agregados.
Estos conjuntos de datos de palabras clave de varias capas proporcionan más que información sobre los motores de búsqueda. Contienen términos emergentes de foros de nicho, tendencias de uso de aplicaciones e incluso presencia de marca fuera de línea predicha por las tendencias de geolocalización móvil. El proceso de agregación implica la unión de información estructurada e incluso no estructurada: búsquedas con actitud social, tendencias de tráfico con estimaciones de flujo de usuarios.
Esta es una potente colección de herramientas, pero que a menudo no es fácil de auditar. La oscuridad sobre cómo interoperan estas capas de datos hace que sea difícil determinar qué se mide exactamente y bajo qué auspicios éticos. El seguimiento de palabras clave reside principalmente en el área gris de la ética de los datos, a diferencia de sectores regulados como las finanzas o la atención médica.
La mayoría de las plataformas de alimentación de análisis basadas en palabras clave prometen anonimizar los datos del usuario. Este principio postula que las identidades individuales se despojan y solo quedan tendencias generales. No obstante, varios trabajos en análisis forense digital han ilustrado cómo incluso los patrones en ausencia de nombres pueden reconstruirse para constituir huellas dactilares conductuales.
Otra área gris es el consentimiento. Nadie lee los términos de servicio en su totalidad y las exclusiones, cuando existen, residen en algún submenú oscuro o se explican en un lenguaje de doble lenguaje. Incluso si los datos son anónimos, el usuario no habría conocido ni aceptado su uso en estudios de mercado o refinamiento de algoritmos.
Las herramientas de palabras clave globales deben interpretar la variación en las definiciones de consentimiento del usuario. Los regímenes de privacidad difieren según la jurisdicción, algunos requieren opt-ins explícitos y otros permiten usos más amplios de la información bajo la doctrina del "interés legítimo". En la práctica, la presencia de un término en un verificador de palabras clave se basa en información recopilada bajo un mosaico de leyes y permisos de usuario.
La integración multiplataforma ha permitido que las herramientas de palabras clave superen las limitaciones de los registros de los motores de búsqueda. La misma pregunta ahora tiene el potencial de asociarse al comportamiento en sitios de compras, videos, servicios de mapas y aplicaciones de ejercicio. Cuando el usuario pasa de escritorio a móvil, la señal se vuelve más potente, lo que permite que el modelado de inferencia anticipe el comportamiento antes de que ocurra.
Informa el pronóstico de tendencias. Si una palabra clave comienza a ser tendencia en una plataforma, el software puede proyectar su futuro desbordamiento en otras. Lo que se convierte en un interés de pasatiempo puede dar lugar a recomendaciones predictivas en el comercio, flujos de contenido o anuncios.
Esto no es necesariamente malo en sí mismo, pero es parte de la segunda capa de vigilancia. Las herramientas no solo capturan lo que los usuarios han estado buscando, sino que predicen lo que buscarán a continuación. La línea entre el análisis y la manipulación se vuelve borrosa, especialmente una vez que estas predicciones se retroalimentan a los algoritmos de los motores de búsqueda o a las recomendaciones de contenido.
La incapacidad de rastrear la auditoría en la agregación de palabras clave se convierte en una cuestión de responsabilidad. Con tantas entradas de terceros, es casi imposible discernir el punto de origen de un punto de datos. Si el volumen de palabras clave aumenta en un momento, es posible que se deba al interés real del usuario, pero es más probable que se deba al tráfico de bots, a las inserciones publicitarias o a las anomalías durante el procesamiento.
Se complica aún más por las fusiones y colaboraciones multiplataforma, donde la información del usuario se comparte a través de acuerdos multiplataforma. Una pregunta planteada en una plataforma puede aparecer en otro ecosistema, que tiene diferentes estándares de privacidad. El resultado es una inconsistencia en la forma en que se aplican el consentimiento del usuario y la seguridad de los datos.
La interfaz del verificador de palabras clave oculta la complejidad. Los gráficos y cifras que se muestran a los especialistas en marketing, periodistas o desarrolladores pueden ser correctos, pero se basan en conjuntos de datos desprovistos de divulgación. El ciclo de vida completo de la información aún no se conoce.